La gestión de pedidos y distribución dentro del almacén es considerada como parte vital de la gestión de los clientes.
Engloba actividades que resultan de la cumplimentación de órdenes de pedido del cliente, a la vez que asegura el máximo valor de la cadena de suministro y servicio al cliente.
Un pedido se puede definir como un compromiso entre dos partes (proveedor y cliente) que reúne todas las condiciones mínimas necesarias para establecer una relación comercial entre ellas de manera que una de las partes (el proveedor) pone a disposición de la otra (cliente) los productos o servicios comprometidos, bajo las condiciones pactadas.
Así, el proceso comienza con la llegada de un pedido y termina cuando dicho pedido es enviado, aceptado y cobrado por el cliente.
La gestión de pedidos incluye las siguientes actividades:
- Entrada de pedidos
- Comprobación de crédito
- Comprobación de disponibilidad de existencias
- Priorización de pedidos
- Preparación de pedidos
- Envío y entrega
- Facturación
- Cobro
La gestión de pedidos es un proceso crítico para toda empresa y el éxito del proceso depende de la adecuación del mismo a una amplia variedad de criterios específicos de los clientes, como la facturación personalizada o la facilidad de acceso a la información de su pedido.
Una correcta gestión de pedidos significa, por tanto, conocer los requerimiento del cliente de manera precisa en lo que respecta al producto, la cantidad, los plazos, la entrega y los precios. Significa además asegurar los plazos y las fechas de entrega precisas, mantener informado al cliente a lo largo de todo el proceso y saber transmitir eficientemente la información de los pedidos a la cadena de suministro.
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