La importancia de la facturación controlada en la gestión de transportes de un almacén

Tanto el director de sistemas de una PYME como el responsable de una gran organización buscan aportar mayor valor a la compañía. Por eso conseguir una buena gestión de transportes ayuda a tomar decisiones estratégicas en infraestructuras y, también, facilita la digitalización de toda la cadena de valor.

Un buen software de gestión, ERP, es la pieza clave para ganar competitividad e impulsar el crecimiento. El ERP no sólo ayuda a gestionar mejor un negocio, sino también a mejorar la productividad en la empresa, reduciendo los costes originados por procesos improductivos y localizando nuevas y mejoradas fuentes de ingresos. Así conseguiremos aumentar los márgenes mejorando el flujo de caja.

Si necesitamos gestionar el tráfico del software de gestión para empresas de transporte y logística, conviene solicitar la revisión de servicios contratados, vehículos libres y ocupados, adaptar la planificación a vacaciones, bajas, viajes y tiempo de reparación de vehículos, manejar toda la información en tiempo real gracias al software de gestión ERP para transportes y logística y una personalización total de la gestión de vehículos y servicios.

Es imperativo el control de stock de los productos de los clientes y volúmenes ocupados, la automatización de inventarios, unas tarifas estandarizadas para facturación según distintos indicadores, la automatización de documentos de estiba y desestiba o el control de lotes, series de productos y fechas de caducidad. En la gestión de transportes es muy importante la facturación controlada de manera informática, tanto en la personalización como en subcontratas de proveedores, conectando íntimamente la gestión de compra-ventas con la contabilidad.

En la gestión de transportes debe prestarse también mucha atención en la analítica de costes según vehículos, conductores, clientes o servicios analizados, con el consecuente libro de gastos incurridos, siempre clasificando sus fuentes: multas, siniestros, amortizaciones de leasing, préstamos, teléfonos, combustible, etc. Y no hay que olvidar el cómputo de los procesos improductivos, el análisis de tendencias, las nuevas oportunidades y nichos de negocio y el aprovechamiento de recursos.

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