La consultora Deloitte estima en un estudio publicado que para 2025 el volumen global de datos será de una cantidad equivalente a una pila de discos Blu-ray que podría llegar a la luna 23 veces. En pocas palabras, se produce mucha información.
Aunque no fuese de una forma tan automatizada, ya en el siglo XX las empresas empezaban a incorporar en sus procesos de negocio el uso de técnicas avanzadas de datos. Estos procedimientos tenían el objetivo de predecir el comportamiento de sus clientes ante determinados estímulos, y usarlos a su favor para mejorar el rendimiento de sus acciones comerciales.
En la era digital, el término big data se ha vuelto omnipresente en el ámbito empresarial, y su capacidad para proporcionar información valiosa es indiscutible. Sin embargo, en muchas ocasiones, se pasa por alto una herramienta igual de poderosa: el small data. Mientras el primero de ellos se enfoca en analizar conjuntos de datos masivos, el segundo se limita a aspectos más específicos.
En el contexto de la logística, los microdatos han demostrado ser una herramienta valiosa para optimizar la cadena de suministro. De hecho, no es una alternativa a los macrodatos, sino un complemento. Ambos trabajan en una organización, pero se dirigen a distintos niveles y audiencias.
Entendiendo el small data
Son microdatos en formatos sencillos normalmente tomados diariamente, que permiten extraer información valiosa y útil para tomar decisiones. Se refiere a los datos que las corporaciones han ido recopilando a lo largo de los años para entender a sus clientes y mejorar el rendimiento comercial, con encuestas, entrevistas, cuestionarios y formularios. No obstante, herramientas más cotidianas como el calendario, correos electrónicos y redes sociales, resultan igual de rentables.
Gracias al small data se puede obtener información muy útil de los clientes y el mercado en el que compiten. Estos datos pueden provenir de una variedad de fuentes, como sensores en vehículos de transporte, registros de inventario, sistemas de gestión de almacenes, o incluso de encuestas a los clientes.
Importancia del small data
El valor añadido que poseen los microdatos a diferencia de otros sistemas es que utiliza herramientas asequibles y de fácil uso, para que las pequeñas y medianas logísticas aprovechen los datos de manera efectiva. Su concentración en informes relevantes facilita la identificación de problemas y oportunidades clave. Así se pueden abordar de manera efectiva el tiempo de entrega, la gestión del inventario y la optimización de rutas.
Dado que estos aspectos son especialmente valiosos al no tener que lidiar con la complejidad de los conjuntos masivos de datos, las decisiones basadas en small data se pueden tomar más rápidamente.
Se podría decir entonces que, utilizando pequeñas cantidades de datos, los conglomerados pueden entender mejor las necesidades y preferencias de sus clientes, lo que les permite ofrecer servicios más personalizados y mejorar así la satisfacción del cliente.
¿Big data vs. Small data o combinación de ambas?
Aunque el small data es una herramienta asequible adaptable a los procesos de negocio actuales, no se puede pasar por alto la importancia del big data en la recolección de macrodatos para el progreso de estas corporaciones.
La combinación de ambas tecnologías permite a las empresas aprovechar los beneficios de ambas, ofreciendo estadísticas en tiempo real, combinado con informes históricos que permitan obtener una imagen más completa y precisa de la empresa. Por ejemplo, un operador logístico puede utilizar la inteligencia de datos para optimizar sus rutas de transporte, mientras que los usuarios de negocio pueden utilizar el small data para hacer un seguimiento del proceso de las entregas y detectar los problemas que surjan en torno a este en tiempo real.
Empleo del small data en la logística
Dentro de las múltiples aplicaciones que el small data puede aportar a la logística, una de ellas es la que optimiza las rutas. Se utiliza para analizar patrones de tráfico, condiciones climáticas y datos de trazabilidad de envíos para perfeccionar las rutas de entrega, reduciendo los costes y el tiempo de entrega.
Una gestión del inventario eficiente se haría mediante el seguimiento y análisis de datos sobre la demanda de productos, los niveles de inventario pueden ajustarse para evitar excesos o faltantes, mejorando la eficiencia y reduciendo los costes de almacenamiento.
Además de esto, el small data se utiliza para identificar patrones de compra y tendencias de demanda, lo que permite a las empresas anticipar las necesidades de los clientes y ajustar su logística en consecuencia.
Unido al propósito de mejora de la cadena de suministro, los clústeres pueden utilizar datos de sensores y registros de mantenimiento para predecir cuándo se necesitará el mantenimiento de vehículos, maquinaria y equipos, evitando tiempos de inactividad costosos.
A modo de conclusión, los microdatos están demostrando ser una herramienta valiosa en el campo de la logística, especialmente para empresas de menor envergadura que quizás no tengan los recursos para emplear el big data. Su accesibilidad, enfoque en detalles cruciales, toma de decisiones ágil y capacidad de personalización, lo convierten en una herramienta valiosa para las marcas de todos los tamaños. Sin embargo, es importante reconocer sus limitaciones, como la falta de capacidad para lidiar con problemas a gran escala y la dependencia de la calidad de los datos.
Su aplicación estratégica en la logística puede conducir a mejoras significativas en la eficiencia de la cadena de suministro, la satisfacción del cliente y la rentabilidad. Al combinarlo con la inteligencia de datos cuando sea necesario, las compañías pueden obtener una ventaja competitiva en un mercado cada vez más exigente. En última instancia, el small data demuestra que, en ocasiones, “menos es más” cuando se trata de tomar decisiones informadas en la logística.